En el 2015 fundé mi primera Asociación Civil: Transfo Empresas Sociales AC. La organización pretendía ayudar a organizaciones de la sociedad civil a acercarse al mundo de las empresas sociales, fortaleciendo su modelo de negocios. También, buscaba replicar aquellas empresas sociales exitosas y fue en esa primera búsqueda de emprendimientos que encontramos a Pixza. En aquél entonces (inicios de 2015) existía sólo la sucursal de la calle Liverpool 162 en la Juárez. Recuerdo haber tenido una larga conversación con Alex Souza y haberme admirado de su historia, de su pasión y de lo claro que tenía el hacia dónde debía dirigirse Pixza.
Años más tarde ya con Alterbike (2018) comenzamos el programa de reinserción social en colaboración con el Instituto de Reinserción Social y con la asociación civil aliada INSADE (conoce más sobre el programa aquí). Con INSADE co-operamos en conjunto la segunda generación de personas beneficiarias para enseñarles habilidades socio laborales en cuestiones de manejo de alimentos (industria de alimentos y bebidas); la primera generación sólo recibió la enseñanza de mecánica básica. Fue entonces que comenzamos la búsqueda de restaurantes que pudieran recibir a las personas que después de los primeros 2 meses de formación, se integraran en un periodo de práctica profesional. El objetivo era que los restaurantes pudieran ofrecerles un empleo fijo al finalizar este periodo. Trabajamos con muchos restaurantes y uno de ellos fue Pixza. La idea de darle una oportunidad a una persona liberada para que luego se incorporara idealmente a su equipo fue una idea simple para el equipo de Pixza: estábamos hablando el mismo idioma.
Fue así que Pixza recibió a uno de nuestros beneficiarios a quien posteriormente le ofrecieron un trabajo en el restaurante. Para la siguiente generación promovida por el Instituto de Reinserción Social (segunda mitad del 2019), Pixza pudo darse de alta como empresa empleadora directamente en el programa público.
Ya se los digo. Si trabajar con personas liberadas tiene su complejidad, trabajar con un espectro más amplio de personas en abandono social -como les llama Pixza- es mucho más complejo. Esto se debe a que estas personas provienen de varios perfiles y situaciones, cada una con su propio universo de complejidades. Pixza ha trabajado con jóvenes en situación de calle y de casas hogares, así como también, personas que han estado en conflicto con la ley. Me encanta ver cómo con el paso del tiempo Pixza ha afinado cada vez más su modelo de intervención y de trabajo con la población que atiende, y me fascina ver cómo han logrado la sostenibilidad financiera, así como la consolidación de su modelo de negocio. Esto contribuye para demostrar que el impacto social no debe estar disociado de la generación de un negocio financieramente rentable.
¡Necesitamos millones de Pixzas en México! Ese es mi sueño y Alterbike representa el camino para lograrlo. Queremos demostrar que sí se puede, que somos muchos en este trayecto; que nos apasiona el impacto social y medio ambiental; que nos encanta producir localmente.. vaya, que amamos lo hecho en México, lo Mexa.
Toda nuestra admiración para Pixza y todas las empresas con propósito en México y el mundo (muchas Empresas B). Todo nuestro agradecimiento por esta colaboración la cual esperamos que nos permita seguir encontrando a las personas (como tú) que les importa de dónde viene y qué impacto tiene aquello que consumen o no consumen.
Te dejo una de mis primeras fotos en Pixza hace algunos ayeres. ¿logras descifrar de qué era mi pizza?