¿Una mujer montando en bicicleta? Es una imagen usual hoy en día pero significaba todo un desafío en el siglo XIX!
Si, adivinaron…significaba un desafío porque los hombres lo consideraban poco decoroso, peligroso para la unidad familiar y para la “salud” de la mujer.
Por supuesto la bicicleta se convirtió en el objeto de deseo, porque era y sigue siendo (En países como Afganistán, Arabia Saudí o Irán siguen luchando por un derecho tan básico como es montar en bicicleta) una forma de desafiar a la sociedad machista.
Es un símbolo de subversión y de libertad porque la bicicleta también llevó a las mujeres a impactar en la moda; empujando a utilizar nuevas prendas como los pantalones…mucho más cómodos para poder montar. Y más allá de la moda, la bicicleta ha llevado a las mujeres a utilizarla como un trampolín hacia otro mundo, a conseguir derechos, libertad, opinión, un espacio propio.
La bicicleta antecedió al voto femenino y fue un vehículo para conseguirlo. Ayudó a romper con las convenciones sociales, trabajando fuera de casa, rehuyendo del rol tradicional de esposa y madre.
Hoy en día sigue siendo menor el porcentaje de mujeres ciclistas, en México solo el 10% de los viajes en bici son hechos por mujeres. Pero poco a poco se van abriendo colectivos y movimientos de y para mujeres, para seguir impulsando la libertad e igualdad de género.
Queremos potenciar y facilitar el uso de la bicicleta como medio de transporte y con un sentido especial para las mujeres, para que sigan provocando el cambio.